Desde que la presencia de telefonía móvil empezó a expandirse por el mundo, muchas asociaciones empezaron a alertar a la población sobre los daños que estos artefactos causaban al medio ambiente. Pero la sobreproducción y constante evolución de modelos ha hecho que esta problemática pase a segundo término, pues existe una mayor preocupación por adquirir las últimas actualizaciones que salen al mercado y desechar en corto tiempo el “viejo” smartphone.
La extracción de minerales y el empleo de recursos naturales son necesarios para su fabricación, así como para la de sus accesorios. Debido al material altamente tóxico que contienen sus pilas, según expertos, una sola de éstas pueden llegar a contaminar alrededor de 30 mil litros de agua. Del mismo modo, la radiación que emiten influye fuertemente en el calentamiento global, esto sin considerar el incremento en el consumo de energía eléctrica o el plástico que recubre el teléfono, al igual que el eliminador, puede tardar millones de años en degradarse. Por razones como éstas, se han lanzado campañas de reciclaje tanto para su elaboración, como para darles un uso de por lo menos cinco años.
Otra de las estrategias que han utilizado estos dispositivos a su favor es fomentar el cuidado del ecosistema a través de aplicaciones. Entre las más comunes se encuentran aquellas que otorgan datos e información de forma inmediata y clara sobre la situación actual, las que dan tips para evitar el desperdicio de agua o aprovecharla de mejor forma, por ejemplo con el uso de los despachadores de agua, las mejores ofertas las encuentras en TodoCasa.Mx.
El acceso a estas plataformas es más viable si se hace por medio de algún smartphone. Efectúan un sistema didáctico que da al usuario herramientas de interacción que permitan una relación entre la tecnología y el medio ambiente.